Cada año, decenas de corredores circulan por las rutas del Alto Valle, entrenando para llegar a punto a alguna fecha de peso o sumando kilómetros para el Gran Premio. Para la gran mayoría es costumbre ver a los ciclistas sobre el borde de la ruta, casi tocando la banquina, peleando un lugar entre autos, motos, camiones, colectivos y hasta tractores. Hay conductores que se apiadan y los respetan, les permiten colarse en algún rincón de la caravana. Otros tienen mucha menos paciencia y la sóla idea de ver una casaca colorida sobre 2 ruedas los pone de mal humor.
Todos tenemos derechos. La pregunta es dónde se termina un derecho y comienza el de la otra persona, no? Yo entiendo a los deportistas, no hay otros lugares donde entrenar. Pero también entiendo al conductor que se pone nervioso -sin saber qué camino tomarán las bicis- y que circula preocupado por no atropellarlos en un descuido.
Las fotos hablan por sí solas.
Mientras ningún tutu se lleve puesto a ninguno de los que va en dos ruedas, todo bien! Je
ResponderEliminarAbrazo!
Mati